Hoy os enseño un
vestido largo que me encanta y que ya me he puesto en más de una ocasión, sin embargo, creo que no lo había enseñado por aquí. Es azul y con toques dorados, combinados con
unas sandalias del mismo tono que me acompañan siempre. Son
mis sandalias fetiche porque combinan con todo. Hace un año las que tenía se rompieron y me hice con estas, pronto me tocará hacerme con otras diferentes en cuanto estás digan “hasta aquí”, aunque de momento me van genial. Ellas están presentes en mi armario durante todo el año, ya que a veces para algún evento de invierno, debo ponérmelas.
Reconozco que soy de las que les cuesta hacer el cambio de armario, sobre todo cuando el tiempo siempre anda revuelto en según qué días y una no acaba nunca de decidirse para “dar el paso” y guardar todas las prendas que nos han acompañado meses hasta la próxima temporada. De hecho esta vez en verano, lo he dejado a mitad. Como parte del verano lo pasaremos en la montaña con prendas de abrigo, no lo he quitado todo.
Quizá con la ropa me da un poco más igual, ya que blusas, camisas y prendas con manga tres cuartos, las llevo también en verano de alguna u otra manera, sin embargo, lo que hay que hacer sí o sí, es el cambio de calzado.
Es una de las piezas claves de cualquier outfit y que además, define nuestra personalidad.
Yo adoro los zapatos y combinarlos con mis looks, sin embargo lo que me ocurre muchas veces es que mis pies sufren con tanto cambio y no hay manera de evitar las rozaduras que esos zapatos me producen. Me ocurre siempre, año tras año, al ir cambiando de modelos de zapatos constantemente, con la fricción y el calor, estos me producen rozaduras indeseadas que no sólo son dolorosas, sino que también afectan estéticamente a mis pies, sobre todo a las que no paramos y siempre vamos de un lado a otro.
El otro día me acordaba de un Stick Anti–Fricción de Compeed®, que me llevé a una boda en el bolso para evitar así las fricciones y prevenir ampollas, aunque llevar los apósitos de la marca Compeed®, tampoco está de más, ya que su gel cura perfectamente la herida, así que voy a hacerme un cargamento para este verano hasta que mis pies se hayan acostumbrado perfectamente a caminar con cualquier zapato y son permanentes al agua para no sufrir con que se nos caiga cuando nos duchemos y nos metamos en la pisci.
Eso sumado a mucha hidratación cada noche hará más llevadero los cambios constantes de nuestro armario, ¿no creéis?
¿Cómo lleváis vosotros el famoso cambio de zapatos?
Espero que os guste el look que os enseño hoy, fue en la reciente fiesta de verano que se realizó en el Hotel Emperador de Madrid al atardecer, una delicia para los sentidos rodeada de muy buena compañía.
En la selección shopping de hoy, os dejo con un montón de vestidos largos y vaporosos que seguro que os encantan... ¡en verano dan muchísimo juego! :)
Un beso enorme y hasta mañana