Quedan pocos días para que termine el año y como siempre toca hacer balance. Este año el final de año ha venido tan cargadito, que todavía no he tenido tiempo de sentarme con boli y hoja de papel en mano a apuntar, tachar, reflexionar y en definitiva, valorar el 2018. Es un ejercicio que me gusta hacer cada diciembre, pero todavía quedan días y puedo hacerlo cualquier rato tranquila dentro de esta vorágine navideña de cosas y tareas por cerrar, quedadas y cenas de última hora...
Sí que el 2018 ha sido un buen año, y por supuesto, mucho mejor que el 2017 que para mí fue uno de los peores años de mi vida, así que no tenía muchas pretensiones puestas en el 2018 pero sí que me he aportado muchas cosas increíbles, muchas de ellas, muy sencillas, simples y para algunos quizá insignificantes, pero para mí... ¡más que valiosas!
Me ha enseñado el valor real de las cosas, a relativizar, a ser más segura y sobre todo, a tener conciencia de mis decisiones y a estar segura de ellas. A decir NO de manera honesta y cuando quiero, y a decir Sí con un brillo en los ojos brutal.
Muchas veces decir NO, no resulta fácil. Nos Hacemos muchas cosas por compromiso, por miedo a quedar mal, por el "qué dirán" y anteponemos la felicidad o los intereses de otros a los nuestros propios, ¿no os pasa? ¿Cuántas veces os habéis visto "medio obligados" a tener que decir que sí a algún plan cuando no os apetecía nada?
Es por eso que últimamente valoro mucho más a las personas que son capaces de decir NO de manera honesta, sincera, sin invernarse excusas y con la verdad por delante. Eso facilita las cosas y hace que tú también actúes de manera similar sin mido y siendo fiel a ti mismo.
Igual que decir no el decir Sí a cosas que realmente nos apetezcan y siendo de la misma manera honestos que cuando decimos que no. La vida es muy corta, nuestro tiempo es súper valioso y hay que ocuparlo con personas y planes que nos suman. Es quizá por ello que una de las mejores enseñanzas del 2018 ha sido decir y hacer lo que me ha apetecido en cada momento y es... ¡liberador! Ser políticamente correcto es agotador, pero hacer o responder siempre lo que los demás esperan de ti, lo es mucho más.
Estos días en alguna ocasión he brindado con agua, y no, no da mala suerte. Ya sabéis que uno de mis muchos placeres además de las cervezas y el Champagne, son los tés, infusiones y por supuesto, el agua con limón. ¿Por qué no iba a poder brindar con agua? ¿Da mala suerte?
No, lo que inmediatamente te dicen es si estás embarazada, directamente. Resulta que puedes pedirte un agua en un bar sin estar embarazada perfectamente, simplemente por el hecho de que te apetezca un agua o un agua con gas, pero de cara a la galería... "uy, estás embarazada".
Si te apetece un agua, pídetela, brinda con ella. Si te apetece una cerveza, lo mismo. Si es una copia de Champagne, igual, pero hazlo con algo que a ti te apetezca y no juzgues con lo que brinde el de al lado...
Otro aprendizaje: juzgar menos y empatizar más. Todo lo vemos muy fácil desde fuera, desde nuestro prisma personal, pero como dice el refrán... "a quien juzgue mi camino, le presto mis zapatos", así que ya sabéis a lo que me refiero, vive y deja vivir y céntrate en lo tuyo sin entrometerme en la vida y decisiones de los demás. Ganarás en salud y además, te quedarás más tranquilo cuando no se entrometan en exceso en tus asuntos y no tengas que dar explicaciones innecesarias...
Estos días
Cabreiroá me invitaba a que os contaba
mis propósitos o deseos especiales para el 2019 y aquí los tenéis, arriba os los he mostrado. Se alejan mucho del típico: ir al gimnasio, aprender inglés o adelgazar un par de kilos y son más fáciles de llevar a cabo si los interiorizamos bien y aprendemos a actuar con ellos.
Brindo con vosotros por y con su agua con gas
Magma por todos estos deseos por cumplir. Os deseo mucha salud y mucha fuerza para llevarlos a cabo.
En enero os contaré mi lista de propósitos "reales" puesto que ya hace tiempo que dejé de soñar con imposibles y centrarme en todo lo que puedo conseguir de manera realista... ¡ganas de saber los vuestros!
¡Que sigáis pasando unos días estupendos!