LA SAGRADA FAMILIA EN BARCELONA

Hay lugares que te transportan a determinados momentos de tu vida, de tu infancia y, en definitiva, hacen que ciertos sentimientos afloren. 

Eso es lo que me pasa a mí con Barcelona. Tengo una relación muy especial con ella, quizá porque desde que era una niña, acudía allí con mi madre para curar un herpes que tenía en la córnea, por lo que cada vez que me brotaba la fiebre, teníamos que viajar a esta maravillosa ciudad e imaginaros, desde el primer año de vida hasta el catorceavo, son muchos años visitándola y a día de hoy, sigo igual, yendo mucho por trabajo y disfrutando de cada viaje que hago.

Uno de los sitios emblemáticos es La Sagrada Familia. Me he acostumbrado ya a verla con numerosas grúas a su alrededor, pero incluso así, es bonita igual. Me faltará visitarla por dentro, estuve hace unos años pero quiero volver con Yago porque es maravillosa. 

Ya os conté hace poco cómo visitamos La Pedrera aquí, tantas veces pasando por delante de ella... ¡y todavía no habíamos ido! Me encantó, me pareció una auténtica maravilla, ¡de cuento! Así que un fin de semana que estemos tranquilos, visitaremos esta basílica de Gaudí, una maravilla para los sentidos, una auténtica delicia para la vista, pese a las grúas que se amontonan a su alrededor.

Hoy las fotos que os enseño son muy parecidas, diferentes ángulos y diferentes posiciones hasta encontrar una foto que quería publicar en mi Instagram y que visteis el otro día. Este rincón me parece muy especial con el verde de las hojas, el cielo azul...  Así que nos vinimos arriba y disparamos unas cuantas (no más de 20, no creáis), pero todas me gustaron, así que aquí va una pequeña selección de estas vistas a La Sagrada Familia.

Y ya me he ido y estoy deseando volver. No sé que tiene Barcelona, que enamora, mucho, muchísimo. A mí al menos, me tiene robado el corazón, y es que tenemos un país que es precioso, cada rincón tan diferente y con tanta riqueza arquitectónica, cultura, gastronómica... ¡siempre soy la primera en querer salir fuera, pero de verdad, somos muy pero que muy afortunados!

¡Feliz día!