MY COFFEE TIME

Mientras el frío y la lluvia se convierten en protagonistas de estos días, yo vengo con estas fotos también de una mañana lluviosa en Lisboa. Hace un mes esta maravillosa ciudad nos recibió así, para dejar luego paso a unos rayos de sol y una temperatura increíble que disfrutamos muchísimo. ¿Sabéis cuando exprimís al máximo el tiempo y más si es con buena compañía? Pues eso hicimos.

Nada más llegar y dejar las maletas en el hotel, sin cambiarnos, fuimos a comer a Amélia Café, un lugar maravilloso y muy de moda en el centro de Lisboa. Me encantó por su ambiente chic, su decoración y su comida, por supuesto, pero si hay algo que me cautivó fue el café. Ya sabéis que soy una Coffee lover en toda regla, algo raro en mí cuando hace unos años no lo hubiera ni probado.

Mi amor por él fue un poco casual, buscaba apartarme de las siete cucharadas de Nesquik que vertía en mi tazón de leche todas las mañanas, así, comencé con el típico Nescafé soluble de toda la vida para dar pasos a cafés algo más ricos, sobre todo los que hacen en mis cafeterías favoritas, que disfruto muchísimo.

Al principio no me gustaba, me parecía muy amargo, pero al mismo tiempo, había algo en el sabor que me enganchaba. Comencé a tomarlo sin azúcar, ya que comenzaba a hacerlo, comenzaba bien, además he de reconocer que en cuanto alguien le echa azúcar y se equivoca, no me lo puedo tomar, su sabor no me gusta nada de nada.

Ese momento en le que sujetas con tus manos la taza la calentita para mí es de puro disfrute. Es un auténtico momento de placer... ¡me encanta! Es de esos momentos sencillos que te alegran el día, muy #odaalaspequeñascosas. Y estaréis pensando... ¡si es sólo un café! 

Así es, solo un café con leche, calentito, con espumita, que llega a ti en ese momento que decides parar, descansar, dedicarte unos minutos a ti, para estar contigo mismo o bien con alguien con quien quedas a desayunar o a hacer una parada en las 24h del día. Para mí, es mucho más que eso, es un momento de premio, de relax, de bajar revoluciones, de reconectar conmigo, de disfrutarlo mucho mientras hago de todo en mi ordenador o móvil o mientras simplemente, no hago nada de nada...

Como os digo, "salir a tomar café", se ha convertido en uno de mis mayores placeres de la vida... ¡cómo cambian las cosas! Y si es en sitios donde te atienden bien (ya no tanto que sea bonito, me refiero a lugares y establecimientos donde te dan los buenos días con una sonrisa), pues mucho más aún... ¡el café sabe de otra manera! Si está bien hecho y tiene espumita, eso es de nota ya :)

El resto: música, compañía, ambiente y sobre todo tu actitud de ese día, son solo pequeños factores que suman y que hacen de esta experiencia tan sencilla y cotidiana, algo muy placentero...

Aquí os dejo con estas fotos que hicimos ese día y que ilustran perfectamente ese momento, aunque si os digo la verdad: mi taza de café era mucho más grande de la de la foto, pero también era verde... ;)

¡Espero que os guste el look, el lugar y mi momento placentero! 

¿Cuál es vuestro momento del día que disfrutáis muchísimo? ¡Contadme!